En los años 50, la industria discográfica jamaicana marcó el comienzo de un camino de éxitos a nivel internacional.
A continuación, os dibujamos un boceto sobre lo que ocurrió en aquella época, justo antes de la llegada del Ska.
Los primeros pasos de la industria discográfica jamaicana
La historia nos dice que la primera música grabada con destino comercial en Jamaica fue el Mento. De hecho, se le considera una música tradicional de nuestra querida isla. Este género fue muy popular en Jamaica entre 1951 y 1956, tiempos en los que los jamaicanos eran colonia británica; y ejerció una gran influencia en los ritmos que le siguieron.
A partir de finales de los 50, el Mento fue perdiendo su protagonismo progresivamente. Esta situación fue un reflejo de las migraciones de los más jóvenes hacia la ciudad en busca de nuevas oportunidades. Esto supuso el abandono de lo tradicional. Es decir, el Mento redujo su radio de acción hasta quedar prácticamente limitado a las festividades rurales o los hoteles turísticos. Mientras tanto, Kingston comenzaba a disfrutar de otro tipo de géneros musicales a través de los Sound Systems, sobre todo Rhythm & Blues de Estados Unidos.
Pero centrémonos en los nombres involucrados en la creación de la industria discográfica en Jamaica. En realidad, el origen se debe en gran medida a los esfuerzos de gente como Ken Khouri, Ivan Chin o Stanley Motta. Como veréis, ellos fueron esas piezas clave que motivaron al resto para grabar con los artistas locales.
Stanley Motta, el rompemoldes
Se dice que Stanley Motta fue el primero en que le sacó rendimiento a un estudio de grabación, al que llamó Motta’s Recording Studio (MRS). Sus instalaciones estaban localizadas en el centro de Kingston, más concretamente en la esquina de las calles Hanover y Laws. Desde allí salió «Whai! Ay!» de Lord Fly (de nombre real Bertie Lyons). Esta producción parece ser el primer disco registrado comercialmente en la isla, fechada en diciembre de 1950, aunque se rumorea que fue grabada a finales de los 40. El retraso en su publicación pudo ser debido a que los discos fueron fabricados en UK.
De aquellas grabaciones iniciales de Motta, quizá la que obtuvo más éxito fue «Healing In The Balmyard» de The Ticklers en 1952. Por cierto, todos esos vinilos se cortaron en acetato blanco que, por desgracia, se desgastaba rápidamente con las reproducciones. Y ya que nombramos la relación entre The Ticklers y Motta, ambos tienen el honor de estar detrás del primer registro en UK de una grabación producida en Jamaica. La canción que obtuvo dicho privilegio fue «Glamour Gal» de The Ticklers.
Pero, ¿quién era exactamente Stanley Motta? Los Motta eran una antigua familia jamaicana muy bien establecida y considerada de judíos sefardíes. Estos son originarios de la península ibérica y han vivido en Jamaica desde la época en que los españoles ocuparon la isla. Una buena muestra es que Stanley fue miembro de la Cámara de Comercio de Kingston, la Junta de Turismo de Jamaica, el Consejo del Banco de Jamaica, y Presidente y Director de la Congregación de Israelíes de las Naciones Unidas.
Las historias de Ken Khouri y Ivan Chin
De Ken Khouri se dice que, realmente, pudo haber grabado antes que Motta, pero no llegó a lanzar la canción. El estudio de Ken Khouri era conocido como Times Record Limited y, posiblemente, fue el primer estudio de grabación de Jamaica. Más tarde sería renombrado como Federal Records. El caso es que, como decíamos, el MRS de Motta se adelantó a Khouri comercializando las primeras producciones grabadas en Jamaica. Curiosamente, en 1981, Federal Records fue vendido a Bob Marley para establecer allí el histórico Tuff Gong.
De todos modos, Khouri jugó un papel muy importante en la formación de la industria discográfica de Jamaica. Alrededor de 1957, proporcionó las primeras instalaciones a gente como Clement Dodd o Duke Reid, entre otros; quienes aún no tenían un estudio para grabar. Estos personajes fueron vitales para que artistas como Ken Boothe, Alton Ellis, Delroy Wilson, o John Holt viesen la luz.
El tercer pionero de esta época, Ivan Chin, fue un brillante ingeniero electrónico que sobresalió durante el período del Mento. A diferencia de la gran mayoría, Chin realizó sus propias grabaciones utilizando su propia máquina de corte de vinilos. Por entonces, se formó The Chin’s Calypso Sextet, cuyo objetivo era grabar dos canciones al mes.
¿Y Edward Seaga?
Pero después de todo lo dicho, no podemos olvidar la figura del polémico ex-primer ministro Edward Seaga, quien también tuvo su propia máquina de corte y un destacado sello discográfico llamado West Indies Records. No obstante, Seaga fue uno de los principales catalizadores en la formación de la industria discográfica jamaicana por otro asunto. Él se dedicó a identificar las canciones originales que muchos Sound Systems jamaicanos hacían pasar como exclusivas.
La labor de Seaga envió una clara señal a los operadores de los Sound systems, quienes tuvieron que buscar otra forma de obtener registros que pudieran usar exclusivamente en sus bailes. Para lograrlo, tuvieron que grabar y producir ellos mismos, como ya os contamos en la primera parte de nuestros artículos titulados «Dubplates, la importancia de los temas exclusivos». Esto se convirtió en el impulso que condujo a los operadores de los grandes sistemas de sonido a mantener una producción discográfica importante.
Y bien, así nació la industria discográfica de Jamaica que tantas alegrías nos ha dado.