El Falsetto o Falsete fue utilizado por una serie de cantantes masculinos, particularmente tenores. Esta técnica estuvo muy presente en los primeros años de toda esta cultura.
La voz de Slim Smith, sin ninguna duda, es uno de los mejores ejemplos donde podemos apreciarlo. Él llegó a notas muy altas que se salían del rango de registros del resto de cantantes.
El falsete
Por si no sabéis de lo que estamos hablando, el Falsete es una técnica en la que se utilizan de una manera especial las cuerdas vocales, en voces tanto masculinas como femeninas; a través de la vibración de una parte de la laringe. Con ello, los cantantes alcanzan notas más allá de su registro normal, tanto agudas como graves; aunque lo más frecuente es que se emplee para agudos. La principal característica del falsete es el notable cambio de color y timbre de la voz, en comparación a la voz natural del cantante; dando así la impresión de que es una voz falsa y no su voz natural.
El Falsete fue una parte integral de la primera música jamaicana. Algunos de los exponentes más populares que han utilizado ese estilo podrían ser Cornel Campbell, Junior Marvin, Pat Kelly, Derrick Harriott, Ken Parker, Lloyd Parks o, como no, el gran Slim Smith. La voz de Slim Smith fue tan única que los musicólogos siempre se han encontrado incómodos a la hora de poner una etiqueta a su estilo. Incluso se podría decir que el falsete de Smith también era su voz natural, suave como el terciopelo y tan dulce como la miel. De hecho, muchos fans del foundation le califican como el mejor cantante de la isla.
Los primeros años de Slim Smith
Nacido en Kingston como Keith Alexander Smith, un 5 de diciembre de 1948, era un joven muy delgado (slim) que mostró muy pronto sus grandes dotes musicales. Fue a una escuela llamada The Chetolah Park Prymary School, conocida ahora como Kingston High School, donde se realizaban conciertos muy frecuentemente. Allí tuvo a compañeros tan relevantes en la historia de la música popular jamaicana como Winston Riley, con quien formaría parte de un cuarteto del que luego brotaría una banda llamada The Victors Youth Band. Ellos se convirtieron en un grupo habitual en Chocomo, uno de los clubs de moda de la época que era propiedad del político Edward Seaga. Este fue un período que le sirvió a Smith para perfeccionar su talento vocal sin igual.
Stranger Cole fue un personaje fundamental en la historia musical de Smith, ya que fue quien le consiguió su primera visita a un gran estudio. Cole solía visitar Chocomo, puesto que era un cazatalentos para el productor Duke Reid y su sello Treasure Isle. Allí descubrió a esta pequeña banda con Smith al frente. En 1965, publicaron «Little Did You Know» que fue un número uno de Ska en las listas de Jamaica y catapultó a Slim Smith a la fama.
Y llegaron The Techniques
Poco después, el grupo cambió de nombre y se convirtieron en The Techniques. Bajo ese nombre siguieron publicando una lista pletórica de éxitos como «What You Gonna Do», «I’m in Love», «Telling Lies», «You Don’t Know», «I’m So In Love With You» o «A Place Called Love».
Con la desintegración del grupo en ese mismo 1965 y el comienzo de la era Rocksteady en 1966, Slim Smith grabó algunos temas para Studio 1 como «Rougher Yet», «Never Let Go» y «Born To Love You», que obtuvieron una muy buena acogida tanto en Jamaica como en el resto del planeta. En 1966, Slim Smith formó The Uniques junto a Ken Boothe y Derrick Morgan. Más tarde, por esta alineación pasarían otras leyendas como Roy Shirley, Lloyd Charmers o Jimmy Riley.
Asimismo, en esos años, Smith trabajó con Bunny Lee con quien nos regaló uno de los temas más significativos de este momento de la historia, el «My Conversation». Este hit fue número 1 en 1968 en las listas de Jamaica, originalmente cantada por Smith y Lloyd Charmers. Pero no podemos olvidar otras canciones como «The Beatitude», «Give Me Some More Of Your Loving», «Build My World Around You», «Girls Like Dirt», «Ain’t Too Proud To Beg», «Let Me Go Girl» o el que probablemente fuese su último hit, «The Time Has Come», un tema que parecía una premonición de su inminente fatalidad.
La fatalidad
En la noche del 12 de octubre de 1972, Slim Smith, quien había estado sufriendo un trastorno mental desde su regreso de Inglaterra a principios de ese año, rompió una ventana con sus propias manos cuando intentaba entrar a la casa de sus padres en la Avenida Northumberland en Franklin Town. Smith murió desangrado antes de que los médicos pudieran ayudarle, tenía tan sólo 23 años.