A lo largo de las décadas, la figura del selektah o selector/a ha sido esencial para difundir la música Reggae.
Por ello, hoy nos gustaría hablar un poco de cómo era antes y lo que es ahora.
¿Qué significa ser selektah?
En un momento en el que existen gran cantidad de estilos, quizá, se tiende fácilmente a encasillar lo que es un DJ (disc jockey). Sin embargo, comprender la importancia del selector se tercia algo más complicado, a pesar de haber visto mil veces como en los bailes hay personas que se pegan a los auriculares y mezclan las canciones.
El fenómeno del selektah no es algo nuevo fabricado en las redes sociales. En Jamaica, en la década de los 50, se desarrollaron todas esas funciones que ahora atribuimos a un selector/a. En esencia, se trata más de lanzar una selección de canciones seguidas para crear una ilusión entre los oyentes. No obstante, el selektah es como un DJ pura sangre que ante todo respeta a los artistas con los que construye su selección. Es decir, son más importantes las canciones que la persona que las reproduce.
Con todo, el referirse al selector o selektah se ha convertido en algo muy ambiguo. Es un término de uso muy frecuente pero sin una definición o comprensión clara. Como resultado, se están generando una serie de comportamientos elitistas alrededor de su figura que obstaculizan un debate más constructivo.
El valor de la música
En realidad, las primeras generaciones de selectores no lo tuvieron tan fácil como lo podemos tener ahora, ya que la música a la que se tenía acceso era muy limitada comparada con hoy en día. Son muchos los expertos musicales que coinciden en que antes de llegar todas estas posibilidades, de alguna forma, se estaba inculcando inconscientemente el valor de la música debido a la escasez de medios.
Por esa razón, la función de seleccionar música iba ligada a una dedicación muy especial hasta la llegada del formato digital. Evidentemente, con ello, aparecieron un montón de nuevas posibilidades. El caso es que, cuanto más avanzamos en la historia, se podría pensar que dicha evolución ha deteriorado el gusto a la hora de valorar la música. Digamos que se ha convertido en eso que denominamos usar y tirar.
En verdad, en este territorio, ese pasó al digital no se dio hasta los 90 con la popularidad de los CDJ, las posibilidades del CD-R (compact disc grabable) o el acceso a internet. Más tarde, en el nuevo siglo, llegarían otros avances que terminaron de dibujar el panorama tal como lo conocemos ahora: Las controladoras o el uso del USB.
Las habilidades del selektah
Ciertamente, el culto musical a lo analógico alcanzó un matiz que ya es difícil que vuelva a repetirse. En una época en la que prácticamente todas las músicas eran experimentales, los oyentes buscaban emociones sensoriales. Lógicamente, en aquellos tiempos, la labor del selector musical era algo más que necesaria, ya que había un hambre desmesurada por escuchar melodías interesantes. Mientras que en el presente nos encontramos muy habitualmente con canciones que son una constante repetición, que a su vez es lo que se demanda entre los oyentes más jóvenes. Por ese motivo, se cuestiona mucho la educación musical de las nuevas generaciones.
Comprendiendo todo lo anterior, es sencillo entender como en la actualidad un buen DJ puede pasar hasta desapercibido debido a las costumbres que nos han creado los mercados musicales prediseñados. Dicho de otro modo, hasta el cómo escuchar la música se ha visto influenciado por las redes. Se usa Youtube o Spotify en vez de beber de las mixtapes de los selektahs, incluso los programas de radio. No podemos olvidar el sentir en nuestro interior los beneficios de la calidad melódica, el orden musical de las canciones, las temáticas que nos emocionan… en definitiva, no deberíamos renunciar a la magia de una buena selección.
Pero los selektahs también se han dejado olvidadas muchas skills por el camino. Por ejemplo, la mayoría de las personas que han decidido ejercer la labor selektahs también han perdido la habilidad de conocer su propia música. Se encuentran ante una colección enorme de diferentes géneros musicales, que no para de crecer, y así es casi imposible el dominar a la perfección todos sus registros.
Las facilidades tecnológicas
Igualmente, si además hablamos de que las selecciones se ordenan automáticamente por BPM (beats per minute) y demás truquillos. Entonces, es lógico pensar que estamos ante una triste homogeneidad que está haciendo mucho daño a nuestros oídos. Es decir, el DJ ya no necesita ser sensitivo, tan sólo tienes que poner el siguiente tema que tenga el mismo BPM, según te dice el PC. El escuchar todo con la misma energía, sin duda, adormece nuestro instinto musical.
Seguramente, llegados a este punto, estaréis pensando en el famoso debate entre lo analógico y lo digital. Es cierto que con el paso del tiempo los giradiscos ya no funcionan igual o los discos vinilos se ven afectados por las temperaturas y los viajes. Cuando hablamos de analógico hay mil cosas que pueden salir mal. Entonces, después de haber sufrido mil problemas, es normal que muchos selectores se hayan pasado al formato digital por seguridad y comodidad.