Los Rastafaris tendrán un carnet de identidad en Etiopía, su tierra prometida, donde gran parte de la comunidad Rasta vivía sin ningún tipo de visado.
El caso es que llevaban esperándolo muchos años, pero es ahora, por fin, cuando se ha hecho realidad.
A finales de la semana pasada, el gobierno etíope anunció que iba a emitir carnets de identidad para los Rastas, lo que les permite disfrutar de una serie de derechos de la ciudadanía etíope, ya que anteriormente carecían de ellos.
Con su identificación, los Rastafaris en Etiopía podrán poseer tierras, trabajar o enviar a sus hijos a la universidad. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, las tarjetas de identificación también estarán disponibles para los extranjeros que han contribuido al desarrollo de Etiopía y los israelíes de origen etíope (Falashas).
El gobierno insistió en que no van a poder votar o ingresar en el ejército o en áreas relacionadas con la seguridad y la defensa. No obstante, este documento de identidad no les dará todos los atributos que a cualquier etíope, pero representa un paso adelante para los miembros de esta comunidad que llegó a Etiopía hace más de 50 años.
Estamos muy contentos porque esto fortalece la confianza en la visión de nuestros antepasados de una África unida«, dijo King Ras, un reconocido miembro de la comunidad Rastafari en Etiopía.
En todo este tiempo, muchos Rastas han renunciado a su nacionalidad de origen al no haber renovado sus pasaportes. Es decir, son personas que no figuran en ningún estado. Lo que lógicamente implica que no han podido ni entrar ni salir con facilidad del país.
De todos modos, si quieres saber un poco más sobre la comunidad Rasta en Etiopía, puedes repasar el artículo que publicamos sobre Shashamane, una ciudad situada a 250km al sur de Addis Abeba. Este lugar había sido reservado en su momento por el emperador Haile Selassie, el mesías de los Rastafaris, para que los descendientes de los esclavos africanos pudiesen regresar a su tierra.
Tras el guiño de Selassie, los Rastafaris tuvieron poco más trato de favor en su tierra prometida. A mitad de los años 70, la comunidad sufriría un gran traspiés tras la caída del último Negus Nagast, y su posterior asesinato, debido al advenimiento del régimen del Derg. Pero ahora, los Rastas que permanecieron en el país han tenido un primer gesto del gobierno dirigido a su integración en el sistema Etíope.
«Como de costumbre, Etiopía ha abierto el camino y establece un ejemplo para el resto del continente reconociendo el movimiento rastafari», añadió King Ras.