Probablemente, «El Emperador» sea la obra más conocida del premiado periodista, ensayista y poeta polaco Ryszard Kapuscinski.

En este texto, el escritor intentó reconstruir la figura del emperador etíope Haile Selassie.

Kapuscinski y la humanidad de Haile Selassie

La veracidad del libro

El caso es que, antes de comenzar, nos gustaría recalcar que siempre han existido muchas críticas sobre este libro. Las fuentes de Kapuscinski fueron básicamente las historias que le relataron los cortesanos del emperador. Y bueno, al parecer, sus palabras fueron adornadas por el polaco para conseguir una lectura más atractiva. Por ese motivo, siempre es bueno recordar que este libro cabalga entre la ficción y los hechos reales.

Es decir, no se puede tomar como un testimonio fiable de lo que pasó en la Etiopía de la dinastía salomónica. No obstante, a pesar de las numerosas dudas sobre la veracidad de los testimonios recogidos, «El Emperador» sigue siendo una gran obra maestra sobre los mecanismos de poder en la realidad oprobiosa de África.

La humanidad de Haile Selassie

Cuando Kapuscinski publicó «El Emperador», en 1978, se vivía una época dorada para el reggae y los rastas. Es decir, había mucha esperanza depositada en Haile Selassie. Desde el primer momento, este libro fue una ofensa para todo el movimiento; puesto que mostraba la «humanidad» de Selassie. Más concretamente, se centró en contar las prácticas tiranas de su reinado y, al mismo tiempo, nos presenta al emperador como un ser caprichoso.

Citemos un par de ejemplos del libro para comprenderlo mejor. En mitad de la gran hambruna que sufrió Etiopía, Selassie alimentaba a sus leones con chuletones de cordero; mientras su pueblo moría de hambre. Asimismo, se dice que se sentía ridículo ante la mirada de todos cuando sus pies colgaban del trono (era más bien pequeño). Por ello, necesitaba a un encargado de los cojines; un hombre que guardaba 52 cojines para cualquier tipo de silla en la que se sentara el emperador.

Kapuscinski, el reportero

De todos modos, el polaco va más allá cuando describe la persecución y ejecución de algunos de sus opositores. Algo muy a tener en cuenta, ya que Kapuściński estaba en mejores condiciones que ningún otro periodista para escribir sobre ello.

Veréis, en 1974, la subida del precio del petróleo desembocó en una revolución brutalmente violenta en Etiopía. Como corresponsal de guerra, Ryszard Kapuscinski se desplazó hasta allí para cubrir los acontecimientos tras ser derrocado el emperador. In situ, su interés por la revolución le hizo investigar sobre el mundo de Selassie I; quien reinó en el país africano durante más de cuatro décadas.

Kapuscinski y la humanidad de Haile Selassie