En este 2018 celebramos los 50 años del nacimiento del Reggae, una música que en sus inicios se vio muy ligada con el movimiento Rastafari.
De hecho, este año también vivimos el 50º aniversario de las Doce Tribus de Israel, que fue fundada por Vernon Carrington, también conocido como el Profeta Gad, en 1968.
No hay duda de que la música de Jamaica allanó el camino para la multiculturalidad de este planeta. Ahora, cincuenta años después de sus primeros pasos, el Reggae sigue destacando por sus letras conscientes, provocando unas vibraciones que luchan por los cambios sociales, políticos y espirituales que fueron motivadas por el auge e influencia del Rastafarismo en la Jamaica de los años 60 y 70, a pesar de que las primeras huellas profundas datan de la década de los 30.
Eso si, con el paso del tiempo, el Reggae cada vez tiene a más autores y público que no tienen nada que ver con el Rastafarismo. De hecho, frecuentemente se crea un debate absurdo y repetitivo entre los que vamos a llamar los simpatizantes y los ateos, provocado por ciertos egos y la correspondiente reducción del respeto hacia cualquier espiritualidad que vivimos en estas últimas décadas. Ya sabéis, muchas veces la carencia de información es tan mala como el exceso.
Aún así, hoy queremos hacer un pequeño homenaje a las Doce Tribus de Israel, una de las tres órdenes más importantes de este movimiento junto a la Nyahbinghi y Bobo Ashanti. Asimismo, al igual que otros movimientos religiosos y políticos, estas ordenes difieren enormemente entre sus creencias y modos de vida.
No obstante, la asociación de estas órdenes con el Reggae ha sido un pilar fundamental durante toda la historia de esta música. El caso es que el Rastafarismo en Jamaica no es un caso exclusivo del Reggae, de alguna forma siempre ha ido ligado a lo que conocemos como música jamaicana, como ya os comentamos en el artículo «Rastafari, presente desde el origen del Ska».
Comencemos entonces por su origen. Las Doce Tribus de Israel fueron fundadas por Vernon Carrington, también conocido como el Profeta Gad, en 1968. A modo de resumen, puesto que ya habréis leído miles de cosas sobre este movimiento, el Rastafarismo tiene sus raíces en África, más concretamente en Etiopía y la coronación del emperador Haile Selassie en la década de 1930. Anteriormente, Marcus Garvey predijo el estado deificado de Selassie cuando les dijo a sus seguidores: «Miren a África, donde un rey negro será coronado, él será el Redentor».
Su fundador, el profeta Gad, organizó esta congregación según una especie de tablas astrológicas, determinando la tribu de cada persona según el mes de su nacimiento, al que se le asigna un nombre (uno de los 12 hijos de Jacob), un color o una función, entre otros aspectos. El Profeta Gad también considera que Selassie I no fue la última reencarnación de Cristo e insistió en numerosas ocasiones en que el rey de reyes volverá nuevamente para el juicio final. Esta orden apuesta por la descendencia directa de Selassie con el Rey Salomón y la Reina Makeba de Saba, dándole relación sanguínea directamente con las Doce Tribus originales.
Para los rastas, que leen diariamente las escrituras sagradas del Kebra Nagast, Selassie es una figura divina que devolverá a todos los desplazados por la colonización o el tráfico de esclavos a su tierra de origen, la famosa repatriación. Además, defienden que Selassie es un rey negro, como también lo fue Jesús. Si deseas un poco más de información sobre Haile Selassie te recomendamos que leas nuestro artículo de «La influencia de Haile Selassie en el mundo».
Por último, son muchos los artistas que forman o han formado parte de las 12 Tribus de Israel, lo que ha ayudado a extender su filosofía por todo el mundo, pero el más conocido para la mayoría de los humanos es Bob Marley. Y puestos a utilizar los tópicos más cansinos, ya que hemos citado a Bob Marley, sólo nos queda hablar de la Marihuana. La presencia insistente de esta planta en las letras de la música jamaicana viene de su uso en las prácticas espirituales de los Rastas, quienes la consideran la hierba santa con propiedades curativas, meditativas… que no es lo mismo que su uso recreativo.