Pues ya estamos a punto de cumplir un año de la imposición de las primeras restricciones gubernamentales asociadas al COVID-19.
El caso es que, a día de hoy, todavía no sabemos cuando volveremos a vivir el Reggae como tanto nos gusta. Pero, ¿volverá a ser todo igual?
Nuestra música después del COVID
Como bien sabéis, las prohibiciones entorno a las reuniones públicas han provocado que el mundo de la música se detuviera en seco en prácticamente todo el planeta. Después de este largo periodo, todavía es complicado poner una fecha de regreso para este sector. De hecho, cada vez son más las voces que predicen que no será hasta el 2022 cuando la industria del entretenimiento pueda operar como lo hizo antes de la pandemia.
Pero, ¿cómo será este retorno? Según la psicología, parece ser que habrá una fuerte alteración en nuestro ‘modus operandi’ tras las restricciones. Dicho de otro modo, será muy difícil que ciertas relaciones vuelvan a ser las mismas que eran. Por ejemplo, habrá grandes trastornos en la interacción entre el público asistente a los eventos por el miedo al contacto. Asimismo, también es preocupante el cómo afectarán los problemas económicos que ha originado este parón musical en el diálogo promotor / artista.
Los artistas, promotores y público
Por cierto, otro asunto a destacar es que en la actualidad la mayoría de los promotores son fans que simplemente quieren hacer shows en directo en sus territorios. Al no ser lo que podríamos llamar personas de negocios, pensamos que van a tener muchas trabas para llevar a cabo sus propuestas cuando se pueda volver a ‘salir a skankear’. Todo apunta a que la vuelta del sector implicará una profesionalización que muchos de esos promotores no podrán soportar. Hablamos de que los contratos con los artistas podrían presentarse como muy arriesgados de firmar por alguien que no se dedica en pleno a la industria de la música.
Igualmente, no deberíamos olvidar que mucho público ya no saldrá tan frecuentemente de sus domicilios, ya sea por edad o por la falta de ganas que provocan los cambios. Lógicamente, es muy posible que esas bajas no sean sustituidas por caras nuevas; puesto que la juventud cada vez está más «enganchada» a otros modos de entretenimiento.
Los espacios de Reggae
En realidad, a todo esto también habría que sumarle la delicada situación de los espacios donde habitualmente se programaba Reggae. Es más, muchas salas de conciertos y clubs han cerrado ya o están a punto de hacerlo. Vaya, que es inevitable que varíen las condiciones de contratación a favor de los empresarios de la noche. Sin duda, otro obstáculo más que habrá que superar para que el Reggae siga presente en el ocio nocturno.
Por otro lado, y muy relacionado con este tema, os recordamos que a finales del año pasado publicamos un artículo titulado «¿Y si los festivales no volviesen hasta el 2022?«; donde analizábamos más a fondo las distintas opciones.
Entonces, ¿cómo podríamos hacer para que al menos todo fuese como antes? Bueno, quizá sería mejor enfocarlo de otra forma sabiendo que antes ya nos quejábamos por la falta de calidad, de frecuencia, etc etc etc… Es un momento ideal para renovarse: ¡siempre a mejor, people!