La conexión entre Rastafari y el Reggae es ahora algo tan común como que se da por sentado, pero ¿cuándo comenzó esa relación?
En una conferencia de la Caribbean Studies Association (CSA) en Nueva Orleans (EE. UU.), el Dr. Michael Barnett remontó el vínculo con la música jamaicana hasta incluso antes de la independencia.
Todas las evidencias nos llevan hasta Prince Buster
Las últimas declaraciones del Dr. Michael Barnett nos sitúan el comienzo de la conexión en la era del Ska. Si nos vamos hasta esa época y observamos el recorrido del legendario Prince Buster. Este fue empleado de Clement ‘Sir Coxsone’ Dodd, uno de esos nombres omnipresentes en toda conversación que gire alrededor de los orígenes de esta cultura. Pero en 1959, Buster dejó de trabajar para él y tomó el control de su propio barco.
Él buscó a Oswald ‘Count Ossie’ Williams en Wareika Hills, un importante personaje de la historia Rastafari en Jamaica. Buster sabía muy bien que Rastafari era el sonido del pueblo por aquella época. En 1960, produjo el mítico «Oh Carolina» de Folkes Brothers. En ese tema aparecía un grupo de percusión Nyahbinghi que estaba liderado por el mismísimo Count Ossie. Este tune es considerado por algunos estudiosos de la música jamaicana como la primera producción de Ska de la historia.
«Oh Carolina» fue un éxito instantáneo en Jamaica, precisamente por sus ritmos africanos de clara influencia Rastafari, al entregar a la gente elementos de su propia cultura. En realidad, el mensaje Rastafari siempre fue un atractivo para la clases bajas del país. En esa época, el Ska se estaba convirtiendo en la música de moda en la isla; y se podría decir que Prince Buster fue uno de los primeros músicos que incorporaron los elementos Rastafari en sus composiciones.
«La influencia Rastafari estuvo presente desde el nacimiento de la música popular jamaicana. Hubo un vínculo con la industria de la música de Jamaica que todavía está vigente hoy en día», dijo Barnett.
Rastafari, presente desde el origen del Ska
En la conferencia, Barnett remarcó la influencia Rastafari en The Skatalites, especialmente, a través del trombonista Don Drummond. Es más, se dice que Don Drummond conoció a su pareja Anita “Margarita” Mahfood, considerada una de las primeras Dancehall Queen, en las colinas de Wareika Hills, donde ella bailaba junto a Count Ossie y su grupo de percusión Nyahbinghi. Esto sucedió en los 50 cuando la cultura Rastafari era perseguida por las autoridades. Y bueno, no se puede obviar la triste historia de que Don Drummond asesinó brutalmente a Margarita, como ya os hemos contado en alguna que otra ocasión cuando salen sus nombres.
Además, Barnett mostró algunas de aquellas primeras grabaciones con un fuerte contenido Rastafari, o incluso hechas por artistas Rastafaris, entre las que podemos encontrar a «Lion of Judah» (1963), «Carry Go Bring Come» (1964) o «Beardsman Ska» de The Skatalites y «The Whip» de The Ethiopians. Y si avanzamos hasta la época dorada del Rocksteady, nos encontramos el «Rasta Shook Them Up» de Peter Tosh y, por ejemplo, el «I’ve Got to Go Back Home» de Bob Andy.
Poco más tarde, durante la década de los 70, Rastafari tomó el control del negocio de la música jamaicana. De esos años podemos encontrar a artistas como Horace Andy, Alton Ellis o el propio Bob Marley, entre muchos otros, junto con las agrupaciones Mighty Diamonds, The Wailers, Wailing Souls o Black Uhuru. Fue entonces cuando la influencia de la organización Doce Tribus de Israel abrazó la música Reggae.
«La década de los 70 marcó el punto más alto de la influencia Rastafari en el negocio de la música», dijo Barnett.