En los dos capítulos anteriores, hemos recorrido un poco la historia para poder comprender mejor esta particularidad de la cultura musical jamaicana.
Hoy, con esta tercera parte, vamos a finalizar el especial que le hemos brindado a los Dubplates.
Esperamos que lo disfrutéis.
Hasta ahora, os hemos hablado de cómo comenzó la competencia por la exclusividad en los Sound Systems. Además, os hemos podido mostrar la influencia de los avances tecnológicos en la aparición de las versiones instrumentales, que dieron lugar a la expansión de los Dubplates por todo el mundo.
Estas pistas exclusivas han sido una parte esencial en la cultura y la historia del Sound System, desde el Reggae hasta el mismísimo Jungle. Ciertamente, su época dorada fue durante los años 90 con una serie de ‘Sound Clashes’ históricos. Un Sound Clash es el enfrentamiento musical entre Sound Systems, donde los Dubplates son los grandes protagonistas. Por cierto, si hay que nombrar a algunos de los sounds más famosos de aquella época no pueden faltar Killamanjaro, Stone Love o Saxon.
Estas canciones dedicadas a Sound Systems o selectores siempre han sido como un talismán. La exclusividad de tener estos Dubplates que nunca se comercializarían, aunque algunos si que han sido puestos a la venta con el paso del tiempo, le daban un significado casi místico a sus propuestas. Precisamente, en los Sound Clashes, aparecieron otro tipo de Dubplates, los llamados nominativos, que son el nombre que reciben estas pistas especiales cuando también hacen referencias a los rivales del clash para engrandecer aún más la figura del sound o selektah que lanza dicho nominativo.
Por todo esto, los Dubplates consolidaron la reputación de sus propietarios y ayudó a darse a conocer a otros muchos sounds y selektahs. Y bueno, efectivamente, también bloqueó el paso a los recién llegados que no tenían acceso a los artistas principales. Es decir, cualquiera puede comprar un disco, pero ciertos Dubplates son únicos y justamente eso es una gran oportunidad para diferenciar el estilo de cada sound o selector.
En realidad, hay Dubplates que son bastante más mágicos que las canciones originales y, sin duda, eso genera un apego al sound que las hace sonar. Algunos de los más especiales podrían ser el «Three The Hard Way Combo» de Garnett Silk, Charlie Chaplin y Cocoa Tea para Bass Odyssey; el «What a La La” de Johnny Osbourne para King Jammy; o el «Pick Up the Pieces» de John Holt para Black Scorpio, por poner algunos ejemplos.
Posiblemente, ahora nos encontramos en una época en la que quizá los Dubplates ya no sean tan valorados. Como os decíamos, hubo un tiempo que fueron los artefactos sonoros que controlaban la escena Reggae / Dancehall. Posiblemente todo esto vaya ligado al exceso de información que existe en nuestros días. Muchos selectores le echan la culpa a la falta de un ‘filtro musical’ que garantice una mayor calidad musical, puesto que antes para crear y publicar cualquier canción había que gastar mucho dinero y ahora es algo que prácticamente es gratuito. Por ello, la música ha perdido gran parte del valor que antes atesoraba y, por consiguiente, los propios Dubplates se han visto perjudicados por esta terrible enfermedad.