Ahora que empezamos a ser conscientes de lo que está ocurriendo, quizá sea buen momento para empezar a preguntarse más en serio por la inminente temporada de festivales.

Esperemos confundirnos, pero todo apunta a que el coronavirus va a cambiar el paisaje sonoro durante mucho tiempo.

Coronavirus vs festivales de reggae

Coronavirus vs festivales de reggae

En realidad, queremos tratar este tema con prudencia ya que de los festivales come mucha gente y otro montón los disfrutamos. De todas formas, quizá debamos de comenzar a quitarnos la venda de los ojos puesto que es muy presumible que no se pueda hacer ningún festival en 2020.

La verdad es que la anterior afirmación viene motivada por diversas razones. Digamos que vamos a tardar en recuperar nuestra estabilidad económica y, sin duda, este es un pilar fundamental para el funcionamiento de la industria musical. Como de alguna forma también lo es nuestro estado psicológico y no va a ser fácil superar lo que está ocurriendo. Después de tanto tiempo encerrados, no penséis que vamos a salir como si no hubiese un mañana. El miedo va a estar presente mucho tiempo y afectará a la asistencia de cualquier acto social. 

Además, todavía no hay una fecha clara de cuando acabará el confinamiento ni se puede predecir ni cómo ni cuándo se levantarán las restricciones para los eventos de ocio o culturales. Por ese motivo, es normal que nos surja la pregunta de: ¿cancelarán los festivales de este verano? De momento, el IDG y el Viña Rock ya han sido aplazados más allá del verano. Pero claro, estos eventos se celebraban en los meses de abril / mayo.

Los motivos de una posible cancelación o aplazamiento

Por ejemplo, una de las causas de cancelación o aplazamiento podría ser el elevado riesgo de contagio que puede suponer la congregación de personas de diferentes lugares del planeta; y el consiguiente peligro que eso conlleva. No obstante, también habría que sopesar que tanto artistas como público podríamos encontrarnos ante otras problemáticas como el cierre de fronteras para prevenir la expansión del virus.

Del mismo modo, sería muy complicado cumplir con todos los protocolos de salud y seguridad con tantas personas interactuando (público, trabajadores, bandas). Sin olvidar que la gran mayoría persiguen encontrar ese espíritu festivalero que, ciertamente, podría relajar su miedo al Covid-19.

Por ello, las dudas del público en asistir a estos eventos y la responsabilidad de los propios organizadores podrían ser detonantes a la hora de celebrar o no cada festival; suponiendo que se hayan levantado las medidas para frenar la pandemia que han decretado las autoridades sanitarias de cada país. 

Comunicado Rototom Sunsplash. Coronavirus vs festivales de reggae

El público y los artistas

En cuanto a quienes hayan adquirido entradas anticipadas para cualquier evento, en un principio, no tienen que temer nada. Si un evento musical se cancela con motivo de fuerza mayor, como es una pandemia. Por lo general, el consumidor tiene derecho a la devolución del importe que haya pagado.

Por otro lado, los artistas se encuentran ante una delicada posición. Es importante recordar que al no ser tratados como consumidores, la opción de recibir una compensación económica en caso de cancelación dependerá de lo acordado previamente en el contrato. En este tipo de situaciones, lo normal es que los organizadores no tengan la obligación de pagar el caché y que se incluya una cláusula para cumplir el contrato en un futuro; encontrando una fecha alternativa para el evento. De ahí todos esos aplazamientos que estamos viendo.

Los problemas para el sector

Entonces, ¿por qué hay festivales que todavía no se han pronunciado al respecto? A los posibles problemas con artistas y público, también hay que sumar los de los proveedores, patrocinadores, etc. La mejor manera para solucionar esos contratos es con el apoyo del gobierno. Lógicamente, esto ya se ha hecho en algunos países de Europa. Sin embargo, aquí los festivales siguen esperando una respuesta política. Bien, pues esa es la razón por la que continúan activos sus carteles.

Ahora, nos gustaría hacer una mención especial a esas otras personas que también serían perjudicadas por esta situación. Además del público y los artistas, está el staff, técnicos, decoradores, prensa, hosteleria, seguridad, etc. Tristemente, no suelen tener mucha visibilidad, pero sus quejas deben de sonar al mismo volumen que las del resto de afectados.

Por último, nos despedimos haciéndonos eco de algunas voces del planeta Reggae que aseguran que la ausencia de conciertos y festivales traerá una brutal devastación financiera en Jamaica. Son muchas las familias que viven de lo que genera la música. ¿Os imagináis que puede pasar si la mayoría de los promotores aplazan sus eventos hasta dentro de unos meses o, en el peor de los casos, hasta el año que viene?

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