Henry ‘Junjo’ Lawes es una figura clave en la evolución del Dancehall en los años 80. Para muchas personas, la época dorada del genero.

Ayer, 14 de junio, se cumplieron 23 años desde que Lawes fuese asesinado en Harlesden, en el noroeste de Londres.

Henry ‘Junjo’ Lawes, el Dancehall de los 80

Sin duda, Henry ‘Junjo’ Lawes fue uno de los personajes más extravagantes, prolíficas e influyentes de la primera mitad de los años 80. En sus inicios, el productor comenzó a trabajar con Roots Radics y un joven Hopeton «Scientist» Brown. En realidad, ellos fueron los encargados del sonido en la mayoría de sus lanzamientos.

En Volcano, su sello discográfico, Junjo acumuló algunas de las canciones más legendarias de la historia del Dancehall. Pistas como el «Police in Helicopter» de John Holt, el «Icecream Love» de Johnny Osbourne, el «Wa Do Dem» de Eek-A-Mouse o el «Worries In A Dance» de Frankie Paul. Además, en Volcano también se registraron algunos de los primeros hits de Barrington Levy; como «Shine Eye Girl», «Collie Weed», «Looking my Love» o «Prison Oval Rock». Asimismo, tampoco cabe olvidar las joyas de Yellowman; quien nos dejó big tunes como «Mr Chin», «Nobody Move» o «I’m Getting Married in The Morning».

De todos modos, entre la enorme lista de artistas con los que grabó podemos encontrar otros nombres tan ilustres como The Wailing Souls, Alton Ellis, Ken Boothe, Cocoa Tea, Michael Prophet, General Echo, Little John, Nicodemus, Toyan, Barry Brown, Josey Wales, Don Carlos, Hugh Mundell, Linval Thompson, Michigan & Smiley, etc etc etc.

La otra cara de Junjo

En cuanto a su historia, en 1985 se mudó a Nueva York; lo que de alguna forma le desconectó de la nueva ola de ritmos digitales que se extendía por Jamaica. Asimismo, en esta ciudad se involucró en temas de drogas y tuvo que pasar seis años en la prisión de Riker’s Island. Al regresar a su tierra natal en 1991, volvió a productor a una serie de talentos emergentes como Ninjaman o General TK.

El 14 de junio de 1999, fue asesinado a tiros desde un vehículo en Harlesden, al noroeste de Londres. Probablemente, otra víctima de la escalada de violencia entre los traficantes de drogas de la época. Por cierto, el caso continua sin resolver.

Tras analizar su legado, bien se puede afirmar que su trabajo fue imprescindible para que más tarde las principales discográficas estadounidenses se fijasen en artistas como Shabba Ranks, Super Cat, Shaggy o Sean Paul. Es decir, Lawes es otro de los máximos responsables de que Jamaica sea protagonista en la historia musical del planeta.