Jamaica tiene una reconocida historia musical desde la aparición del Ska, un sonido que más tarde daría lugar a géneros como el Rocksteady, Reggae, Dub o Dancehall.

Pero no es un secreto la existencia de importantes divisiones entre los seguidores de esos estilos musicales, probablemente, causadas por sus diferentes credos.

El espíritu de los primeros años

Es una realidad que el éxito internacional de esta cultura podría ser aún mayor, pero parece ser que desde que se descubrió la fuerza de su mensaje se le ha intentado silenciar. El caso es que tenemos todo un legado histórico que comenzó con el espíritu rebelde de aquellos tiempos en los que Jamaica dejó de ser una colonia británica. Corría la década de los 60, eran los años del Ska y el Rocksteady en su esplendor, y justo a finales de ese periodo llegó el nacimiento de su hermano pequeño, el Reggae. Por entonces, los estudios de grabación echaban fuego y, exactamente, con todo ese panorama fue cuando surgió el Dub.

Más tarde, en los 70, vimos lo que ocurrió con el bipartidismo y demás tácticas del sistema capitalista. En ese periodo, la música popular jamaicana fue la voz del pueblo y, por esa razón, el talento musical de los artistas se dirigió fundamentalmente a buscar soluciones conscientes ante la tiranía que sufrían en esa época.

En los 80, los artistas jamaicanos nos dejaron innumerables referencias sobre todos los problemas que se vivieron en las calles, fueron años de mucha violencia. Y claro, además, llegó la cocaína a la isla, siendo Jamaica una de las escalas preferidas por los narcos. Pero lo importante para los amantes de la historia musical jamaicana es que en los 80 arrancó la era digital y eso significó la llegada del Dancehall.

Las autolesiones nos están debilitando

Sin embargo, con todas estas cosas que sabemos casi al dedillo y, paralelamente, comprobando lo que los mandamás del planeta hicieron y siguen haciendo lo que más les  conviene, tanto en Jamaica como a nuestro alrededor. Vemos como muchas veces desviamos la atención de la lucha común que tenemos la mayoría de los amantes de esta cultura, ya que periódicamente regresan a la actualidad una serie de disputas y faltas de respeto. Dicho de otra forma, las relaciones entre los seguidores de los distintos géneros se encuentran en una situación de degradación.

Si lo pensamos bien, se podría decir que se trata de una forma de autolesión, por lo que nos atrevemos a afirmar que no estamos haciendo lo necesario para poder nutrir como es debido a estas músicas y, por consecuencia, se está debilitando la fuerza anti-imperialista de todo lo que supone vivir esta música.

Mientras tanto, las altas esferas se están adueñando de la música popular jamaicana, despojando en muchos casos a los creadores de sus derechos. Es como si fuese una especie de bombardeo controlado contra la defensa enemiga del sistema imperante. Actos que están debilitando enormemente nuestra capacidad combativa. Por ello, a continuación, vamos a intentar dibujaros un poco lo que está ocurriendo, ¿de acuerdo?

Examinemos el estado de salud de los diferentes géneros

Echando un ojo al Roots Reggae contemporáneo, respecto a la interferencia de esos lobbys. Existe un reconocido caso de manipulación que se ha llevado a cabo bajo el término Reggae Revival, del que hemos pasado de observar una omnipresencia a prácticamente quedar desvanecido, lo que nos confirma que básicamente fue una campaña de promoción de todo ese grupo de artistas al que le adjudicaron ‘la etiqueta’. Mientras se ignoraba a las verdaderas raíces de la música Reggae y, claro, no se intentó revivirlas.

En cuanto al ‘Reggae Made in en Europa’, han aflorado un sinfín de propuestas ligadas al éxito de los festivales de verano que están haciendo las delicias de los fans de estos sonidos. Por el contrario, este hecho ha generado un debate sobre el descenso de la presencia de jamaicanos en los carteles de los grandes festivales europeos.

Centrándonos en el lugar de donde brotó todo este manantial musical, también nos gustaría mencionar la sorprendente escasez de bandas de Ska o Rocksteady jamaicanas en estos últimos años. Algo que está en clara contraposición con lo que ocurre fuera de la isla donde hay un gran número de formaciones. Ciertamente, el momento es muy similar en el Dub, donde se aprecia un fuerte auge a lo largo y ancho del planeta pero que, salvo contadas excepciones, apenas se ha notado en el país que vio la luz.

Busquemos soluciones

Sinceramente, parece ser que todos los géneros conviven en una alarmante situación, ¿verdad? De alguna forma no se está respetando que este es el sonido de los guetos de Jamaica. Por lo tanto, es fácil asumir que el cortar el contacto con la fuente no es nada positivo a nivel artístico. Y hablando del gueto, hay que recordar que lo que suena en las calles de la isla hoy en día es el Dancehall. Y como se está demostrando en el presente, es la música jamaicana que más está influyendo en la cultura musical del planeta, evidentemente, a través de lo que denominamos mainstream.

Pero si nombramos al Dancehall, también hay que rebobinar en el tiempo y detenerse en sus orígenes. En realidad, durante mucho tiempo, existió un hiriente abandono del extenso catálogo que nos ofrecían los primeros artistas del Early Dancehall. Y decimos existió porque ahora hay una importante tendencia en los productores de Digital europeo que está rescatando del olvido a muchas de aquellas grandes leyendas.

Entonces, ¿os imagináis que pudiéramos conectar a nuestros distintos géneros y épocas? ¿Cómo sería si los mantuviésemos relevantes para todas esas personas de diferentes edades que siguen esta cultura? Sin disputas, sin faltas de respeto… Familia, intentemos cambiar la situación antes que el ‘poder oculto’ nos pueda robar más trocitos de nuestra libertad… rise up!

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