Hace cosa de un año, os hablábamos del origen del Reggae en castellano, donde nos centramos lógicamente en dos países: Panamá y Puerto Rico.
Por esa razón, hoy vamos a recordar otra parte de la historia de nuestra cultura en latinoamérica.
Para muchas personas, la música es considerada como el alimento del alma. De hecho, a través de diferentes investigaciones se nos ha demostrado que la música es una poderosa forma de expresión social que favorece la expresión de la propia identidad. Del mismo modo, esto se ha utilizado para crear ciertos estereotipos asociados a cada estilo musical y todo el marketing que eso conlleva.
A lo largo de los años han surgido diferentes géneros, algunos han pasado de moda y otros se puede decir que llegaron para quedarse. En nuestro caso, realmente, somos muchas personas las que nos hemos centrado en la cultura musical jamaicana… y por algo será, ¿no?
“No me gustaba el Reggae, me gustaba el punk: era agresivo y expresivo. Pero con el tiempo descubrí que el reggae era muy rico, muy sutil. Nos ayuda a entendernos como hombres y dejar de ser tan machos”, afirmó Guillermo Bonetto, vocalista de Los Cafres.
Ciertamente el Reggae no cumple con los estándares de popularidad de hoy en día, aunque el número de seguidores de la música popular jamaicana sigue en aumento año tras año a nivel planetario. Este género ha sufrido muchas zancadillas al ser una corriente musical que está relacionada con la política desde su nacimiento, a finales de los 60 en Jamaica, en una época de cambios significativos como fue su independencia.
En realidad, la difusión de esta cultura se dio por dos factores principales. Primero: el Reggae dio la vuelta al mundo a partir de su propagación a través de las compañías discográficas de Estados Unidos y algunos países europeos. Y segundo: la lengua principal del Reggae es el inglés, lo que facilitó su globalización. Además, el Reggae «ha logrado» una contundente estética y una prodigiosa solidez en el mensaje, basándose en el Rastafarismo. Un movimiento que no es precisamente ni un peinado de moda ni el consumo indiscriminado de marihuana.
“Tratamos de llevar un mensaje de hermandad, paz y tolerancia, estamos viviendo tiempos caóticos. nosotros a través de nuestro trabajo musical y el contenido de las letras sembramos una pequeña semilla de conciencia”, dijo Manolo Apocada, integrante de Antidoping.
En latinoamérica se ha logrado mantener la esencia del Reggae desde hace muchos años, con formaciones como Los Cafres en Argentina, Cultura Profética en Puerto Rico, Gondwana en Chile, Antidoping en México, Pesadilla en Panamá, Congo en Uruguay, Lou Kass en Bolivia o la banda chileno-argentina Zona Ganjah. Por supuesto, podríamos haber citado una gran lista de nombres, pero no hay duda de que los mencionados son algunos de los más significativos en cuanto a la difusión de estos sonidos.
Por otro lado, en Centroamérica y el Caribe, más concretamente en Panamá y Puerto Rico, lugar donde nació el Reggae en castellano, esta música realizó rápidamente una transformación fusionando el Reggae con el Hip Hop, cosa que provocaría el nacimiento de uno de los géneros más populares en la actualidad, el Reggaeton. Una curiosidad: Siete de las diez canciones más escuchadas en YouTube durante el 2017 han sido de Reggaeton. Esto sin contar que el tema más reproducido en la historia de esta plataforma también pertenece a dicho género.
De hecho, fruto de la expansión del Reggae por todos estos países de habla hispana surgió el Reggae / Dancehall aquí en la península ibérica y las islas. Por cierto, es una lástima que las propuestas latinoamericanas no estén tan presentes entre las personas que amamos la cultura en este territorio, mientras que al otro lado del charco el sello «made in spain» si ha logrado muchísimos triunfos, en cuanto audiencia se refiere.