Está claro que los artistas mainstream están acudiendo al Dancehall para potenciar sus ventas, como venimos recordando cada cierto tiempo.

El caso es que ellos no se enfrentan a los obstáculos que se encuentran los jamaicanos, quienes curiosamente son los creadores de este género.

A continuación examinamos todas las contrariedades.

Está demostrado que cada cierto tiempo hay algunas canciones jamaicanas que rompen las barreras que nos pone la industria a este género musical, como ocurrió recientemente con el «Bruk Off Yuh Back» de Konshens o con Charly Black y su «Gyal You A Party Animal». Asimismo, si retrocedemos un poco más en el tiempo encontraríamos otros singles ya míticos como el «Hold Yuh» de Gyptian o el «No Games» de Serani. Pero en realidad son muy pocos los éxitos que traspasan la época estival, ya que cuando se acerca el otoño hay una tendencia a abandonar todas esas canciones que también podrían haber sido candidatas. Mientras tanto, son muchos los artistas mainstream que no sufren esta situación, a pesar de crear su composición con una base jamaicana, como los famosos «Sorry» de Justin Bieber, «Cheap Thrills» de Sia o «Shape of You» de Ed Sheeran.

A ver, es un hecho que el Dancehall es el hijo del Reggae, pero del mismo modo el Dancehall es el padre de muchos de los sonidos que actualmente dominan las listas de éxitos. En esta última etapa, una de las más claras influencias del Dancehall se puede ver en el Afrobeat, que a su vez inspiró éxitos de Drake y de otros reconocidos artistas internacionales. Llegados a este momento, no podemos olvidar la estrecha relación del Dancehall con el Reggaeton, que como sabéis es la música más escuchada en esta parte del planeta y, sin embargo, prácticamente la totalidad de sus oyentes desconocen la existencia del Dancehall jamaicano. Siempre viene bien recordar que el típico ritmo del Reggaeton se conoce como Dem Bow, llamado así en honor a una canción de la estrella jamaicana Shabba Ranks que fue publicada en 1991.

No obstante, también nos gustaría mencionar que parece ser que entre muchos de los seguidores de la cultura jamaicana nunca se le ha querido dar una mínima oportunidad al Dancehall, ya que si estudiamos sus reacciones nos encontramos con dos posiciones contrapuestas, o se le odia o se la ama, lo que de alguna forma termina limitando muchísimo su expansión. Por ese motivo, nos preguntamos: ¿a que se debe que los fans de la música jamaicana tengan ese recelo con el Dancehall? En muchos momentos es como si quisieran deshacerse de estos sonidos, ¿verdad?

Pero saltemos a otro dato que no suele ser muy observado y es vital para comprender porque el Dancehall no cosecha más éxitos. Ni Spotify ni Apple Music están disponibles en Jamaica o en algunas partes de África, donde el Dancehall también es inmensamente popular, lo que significa que los fans incondicionales no pueden participar en ayudar a que crezca la popularidad de esta música. En cambio, YouTube si está disponible en Jamaica, pero en esta plataforma hay unas realidades geopolíticas que juegan un papel importante: en comparación con el mercado latino, que abarca más de 400 millones de hispanohablantes en todo el mundo, Jamaica es un país pequeño. La marcada diferencia numérica ayuda a explicar porque los servicios de transmisión de datos parecen reacios a involucrarse plenamente con la música jamaicana.

En relación a la problemática anterior, hay muchas personas que señalan al idioma en el que se canta el Dancehall jamaicano como el responsable de su estancamiento en cuanto a su difusión, ya que el patois no es exactamente inglés como tratamos en el artículo de ¿Patois o inglés en la música Reggae? Pero hay otros problemas subyacentes, como la falta de una infraestructura sólida para la distribución internacional del mercado jamaiquino. Hablamos de instituciones, plataformas, sellos, etc. Es muy difícil salir de Jamaica sin un respaldo potente que pueda competir con las grandes estrategias de las compañías que dominan el negocio de la música. Del mismo modo, existen muchas restricciones en las fronteras que frenan las salidas de los artistas Dancehall a la hora de poder actuar fuera de la isla. Todos estos obstáculos no los han sufrido los artistas de Reggaeton que, por cierto, es una música que creció desde Puerto Rico, territorio estadounidense.

Y para finalizar, nos gustaría también aportar la visión de algunos productores y críticos, quienes sugieren que en estos últimos años ha habido una falta de creatividad puesto que prácticamente la totalidad de las canciones suenan igual. Este hecho, junto al fenómeno Vybz Kartel y la grandísima diferencia entre su talento lírico con el resto de artistas, ha provocado una estrepitosa caída en la calidad de esta música. Además, cuando un cantante jamaicano logra anotarse un éxito, no parece producir mucho beneficio para sus compañeros, o incluso para los lanzamientos posteriores de ese artista. Es decir, no son capaces de encadenar sus éxitos.