El pasado domingo la policía detuvo a Gabre Selassie, el promotor del Kingston Dub Club, durante una de sus reconocidas sesiones.

Por ello, La ministra de cultura Olivia Grange se ha visto forzada a realizar un llamamiento para intentar mejorar la relación entre la policía y la comunidad musical.

Gabre Selassie

Este suceso ha ocurrido en pleno Carnaval, el acontecimiento que tanta polémica ha levantado entre los artistas jamaicanos por contar con el apoyo gubernamental que ellos no tienen. Por lo que las suspicacias no han tardado en hacer su presencia.

Según fuentes policiales, alrededor de las 22:30h, la policía de St. Andrew recibió varias llamadas sobre un fuerte ruido y se acercó al club para pedir al promotor los permisos. Al no entregarle la documentación la policía le dio instrucciones para apagar la música y le informó que iba a ser acusado por haber violado la Ley de reducción del ruido. En ese momento, las personas que estaban en el Kingston Dub Club impidieron a la policía llevar a cabo sus funciones y los agentes tuvieron que recurrir al spray de pimienta para someter a la multitud.

Gabre Selassie / Yaardcore

«Quiero expresar mi preocupación y lamento que un incidente como este haya ocurrido en un día del carnaval, ya que envía un mensaje equivocado de que hay dos Jamaicas«, dijo la ministra Grange en un comunicado.

Gabre Selassie, en un comunicado en Facebook dijo que el cargo de violar la Ley de Reducción de Ruido «se ha levantado», aunque según la policía hubo dos detenidos que fueron acusados por violar dicha ley durante la celebración del Dub Club del pasado domingo y deberán presentarse en el juzgado el lunes 15 de mayo para responder a los cargos. Los nombres que la policía ha facilitado son Karlyle Lee, más conocido por Gabre Selassie, y Rahay Mooyan.

Mientras tanto, la ministra Grange describe a Selassie como un icono que se ha dedicado durante muchos años a promover el roots reggae. Ella dijo que merece un reconocimiento por su apoyo constante a la cultura jamaicana.

Gabre Selassie

«El apoyo que recibe de los jamaicanos que aman la cultura roots, los turistas que vienen al Dub club cada domingo por la noche, así como aquellos que lo siguen online cada semana, pone de relieve lo famosa que es nuestra cultura en el mundo», dijo la ministra.

A pesar de todas estas palabras hay muchos jamaicanos que se sienten indignados y no creen que sea una simple casualidad. El Kingston Dub Club juega un papel fundamental para mantener viva la cultura roots reggae en la isla y al mismo tiempo también alimenta la escena del entretenimiento en Kingston. El permitir que se cierre o sea sometido al acoso policial es ignorar la importantísima contribución social y económica que este espacio realiza. Si el gobierno realmente quiere contribuir al éxito de la música popular jamaicana debe proteger espacios como este.